domingo, 13 de septiembre de 2009

Vidas perpendiculares.

Cruzé una calle de tu mano, y quizá de otras también, pero solo me importa tu mano. Queme suelta y me agarra, que me saluda, que me escribe, que me toca, que me da la vida.
Toqué tu boca, y quizá otras también, pero solo me importa tu boca. Que me besa y me despierta, que me ilusiona, que me dice la verdad que no quiero escuchar, que me habla, la que mordes cuando estas cansado, la que abris para darme vida.
Miré tus ojos, y quizá los de otros, pero solo me importan tus ojos. Que me esquivan, que dan vueltas, que se achican, que se agrandan, que combinan con el cielo y el pasto, que me cambian la vida.
Acaricie tu pelo, y quizá el de otros, pero solo me importa tu pelo. Que va en dirección al viento, que se revela ante todos, que intenta parecer de oro, que el sol intenta imitar, el que se desprende de tu cabeza para descanzar en mi almohada dejando el olor, el olor que tiene mi vida.
Llegue a tu vida, y quizá a las de otros, pero solo me importa tu vida. Que habita en mi cabeza hace tiempo, que hace a mis objetivos un estilo de vivir, que hace de vivir una razón, una vida que es tuya, y que siempre es mia también.

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