domingo, 20 de septiembre de 2009

Dios aceptó mi partida; un día nací de mi progenitora, la misma
que me enseño a escribir; un hombre del que me enamoré me puso de pie
y así caminé; una abuela me enseño a degustar las delicias de la vida;
conocí al tío que nunca se fue, encontré amigos que me enseñaron a reír
hasta llorar.
Borges me demostró que complicado puede ser lo simple, Cortazár me
demostró que a todos nos pasa, Neruda me puso algo sentimental.
Dalí me enseño que el amor es un abstracto sin condiciones, Van Gogh
pintó la cuarta parte de mi vida, del resto se encargo Miró. Frida me
enseño que la vida se parece a las pinturas, nunca se terminan, y cuan
enfermizo puede ser un capricho. Diego Rivera me enseño a volver.
Una maestra me enseño a leer, un profesor de literatura a ver más allá,
y encontré contención en quién me daba ciencias naturales en un comienzo.
Guste más de una vez, me enamoré una sola, ahora que amo y que me aman
la vida me completa, de cosas que me llevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario