jueves, 30 de julio de 2009

No hay nada mejor que casa.

La escena era nítida en ese momento, la casa estaba llena de muebles, llena de sombras,vacía de alternativas, una alternativa que usaría para saber hasta donde llegar. Y quizá cada vez era más difícil buscar un camino, o saber para donde remar, pero cada tanto ponía un mueble nuevo, ya sabes, para llenar el vació, visual. Así pasaba la vida, el olor de la pintura era el sintético de tu sonrisa plasmada blanca,aquel aroma creaba una especie de agujero negro en mi estomago, y un reloj me decía -Cuanta ausencia que hay por aquí-, prefería escuchar su molesto tic-tac, era mejor que la verdad. Me gustaba vivir ahí, era un clima húmedo, siempre buscaba soles de verano pero decías que estabas grande para eso; me gusta observar la alegría de la casa cuando estas por venir, los cuadros se enderezan, los muebles se lustran, el olor se renueva, los pisos brillan, todos para verte, aunque no sea algo usual, vivimos para vos, para verte llevar y traer esas valijas, las cuales contienen mi alma, que llevas y traes, me sacas y devuelves, pero apesar de tu inestabilidad sentimental-física, siempre serás bienvenido en casa.

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